MIRADA AL SAN JOSÉ CARMELITANO





La imagen de San José en el Carmelo Descalzo de Valladolid, cuarta fundación de Santa Teresa, hay que mirarla sin prisas y deleitarse pacientemente en su contemplación. Es una imagen que comunica continuamente con el espectador con tanta intensidad que se podría perder la noción del tiempo.

Como rasgos importantes visto superficialmente, centrados en la valoración de su actitud y de su expresión artística podríamos indicar las siguientes propiedades:

La representación es de una imagen en pie, acompañada del Hijo, es un hombre maduro en su juventud, en actitud de marcha, caminando hacia su objetivo con determinación y haciendo suyo el “Aquí estoy para hacer tu voluntad”.

José lleva en su mano derecha el símbolo de su misión y su compromiso; un bastón de caminante que termina en ramo florido; recuerdan su elección como esposo de María y como patriarca designado para esta encomienda. Es el último de los patriarcas del Antiguo Testamento y el primero de todos.

El Niño, casi adolescente, lleva en su mano derecha el símbolo de su misión, “la cruz de la Pasión”. A ella dirige su mirada contemplativa con expresión de conformidad, decisión y ternura.

Ambas imágenes alzan sus brazos en oración levítica y lo hacen en una actitud paralela y al unísono. En la mano izquierda del Niño podemos intuir, colgados, los símbolos de la crucifixión.

José se muestra como protector con su mano izquierda sobre el dorso del Hijo, sin tocarle, dando la impresión de que le va a dar una palmadita de ánimo. La mirada se dirige al Hijo como lo único importante, está pendiente de Él, en actitud de ayuda, de cuidado orientador para conseguir los objetivos, igual que cualquier padre hace con el hijo que da sus primeros pasos.

En esta representación, José, no quita protagonismo al Hijo a pesar de su mayor tamaño, si no que se queda en un segundo plano atendiendo a los deseos del Niño expresados en su contemplación de la cruz.

Por fin, y no es lo último, ambos están envueltos en un misterio único de amor, espera y cordialidad en la visión de un fin no muy lejano que les convierte en cómplices necesarios en la misión encomendada.


Niceto Tirados Blanco,ocds

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