MIRADA AL SAN JOSÉ CARMELITANO. SAN JOSÉ, 19 DE MARZO. (3 de 3)

 

Retablo mayor de la iglesia de la Concepción del Carmen o convento de Santa Teresa, Valladolid

Para la fiesta del Santo, y para la preparación de la misma durante los Siete domingos de San José, invito a todos a contemplar o solo mirar a esta imagen del retablo mayor de las monjas de la IV Fundación, con esto , quizás , no necesitemos meditar mucho sobre los gozos y dolores del Santo. 


Nos hará más fácil comprender lo que es difícil de entender, nos ayudará a amar al Patriarca y agradecerle el cumplimiento silencioso y abnegado, aceptado, como María, en función de la obra redentora.

Nadie debería morir sin haber contemplado esta obra única y viva. Algunos tenemos la suerte de gozar de la misma todos los días. Cada jornada el diálogo es más fluido porque, ahora, su misión somos nosotros, el Cuerpo Místico, la iglesia militante.


INTERPRETA COMO GUSTES


En el año 2016, después de la celebración de la fiesta de la Santa Madre y durante un período de un mes y medio aproximadamente; la cruz que porta el Niño, de color negro con algún adorno de plata, se tornó de un color verde jade. Y paulatinamente, después de varios días con el color verde intenso, empezó a perder el tono y adoptando el color negro.

Durante este período y solo por situarlo en el tiempo, murió Nieves, la demandadera de las monjas. Antes de empezar el adviento la cruz no manifestaba ningún signo del cambio anterior. Este hecho fue observado por mi y otras personas.

No sé interpretar este hecho, cada cual saque las conclusiones que quiera. Por mi parte puedo decir que desde entonces es una imagen viva con la que hablo todos los días. 


Niceto Tirados Blanco


MIRADA AL SAN JOSÉ CARMELITANO, SU AUTOR (2 de 3)

 


Gregorio Fernández, conocido por su maestría en la creación artística de Imaginería en madera (trabajador de la madera, carpintero) incansable en su creatividad.

Detrás del artista está el hombre de fe; sin esta, sin oración y sin contemplación, su obra habría quedado en un bien hacer, en un buen conocedor de su oficio.

Era un hombre que meditaba antes de hacer el trabajo y este, se convierte en contemplación mientras sus manos maquinan delicadamente y dan forma a su fe y su imaginación da vida a la madera.

¿Cómo un trozo de madera puede tener vida y transmitir tanto?



Gregorio en su labor estuvo auxiliado por otro gran artista pintor y estofador, también hombre de convicciones profundas, Valentín Díaz, que supo complementarse con el escultor y acabar de forma sublime los trabajos del mismo.

En esta obra, el autor, completa y perfecciona la escasez de datos evangélicos sobre la figura de José.

Nos transmite el sentimiento a través del volumen y el sentido de la vista. Este tipo de representaciones gustaba a Santa Teresa y a sus monjas.



Niceto Tirados Blanco




MIRADA AL SAN JOSÉ CARMELITANO (1 de 3)


  La imagen de San José en el Carmelo Descalzo de Valladolid, cuarta fundación de Santa Teresa, hay que mirarla sin prisas y deleitarse pacientemente en su contemplación. Es una imagen que comunica continuamente con el espectador con tanta intensidad que se podría perder la noción del tiempo.


              Como rasgos importantes visto superficialmente, centrados en la valoración de su actitud y de su expresión artística podríamos indicar las siguientes propiedades:

                    _  La representación es de una imagen en pie, acompañada del Hijo, es un hombre maduro en su juventud, en actitud de marcha, caminando hacia su objetivo con determinación y haciendo suyo el “Aquí estoy para hacer tu voluntad”.

                     _  José lleva en su mano derecha el símbolo de su misión y su compromiso; un bastón de caminante que termina en ramo florido; recuerdan su elección como esposo de María y como patriarca designado para esta encomienda. Es el último de los patriarcas del Antiguo Testamento y el primero de todos.

                       _  El Niño, casi adolescente, lleva en su mano derecha el símbolo de su misión, “la cruz de la Pasión”. A ella dirige su mirada contemplativa con expresión de conformidad, decisión y ternura.

                       _  Ambas imágenes alzan sus brazos en oración levítica y lo hacen en una actitud paralela y al unísono. En la mano izquierda del Niño podemos intuir, colgados, los símbolos de la crucifixión.

                      _  José se muestra como protector con su mano izquierda sobre  el dorso del Hijo, sin tocarle, dando la impresión de que le va a dar una palmadita de ánimo. La mirada se dirige al Hijo como lo único importante, está pendiente de Él, en actitud de ayuda, de cuidado orientador para conseguir los objetivos, igual que cualquier padre hace con el hijo que da sus primeros pasos.

                            _  En esta representación, José, no quita protagonismo al Hijo a pesar de su mayor tamaño, si no que se queda en un segundo plano atendiendo a los deseos del Niño expresados en su contemplación de la cruz.
    
                       _  Por fin, y no es lo último, ambos están envueltos en un misterio único de amor, espera y cordialidad en la visión de un fin no muy lejano que les convierte en cómplices necesarios en la misión encomendada.



                      Niceto Tirados Blanco




DÍA NOVENO Muerte de José en compañía de María y Jesús

 


 

 

Invocación inicial

Aclamemos a Cristo el Señor en esta novena a San José.

Himno

Hoy a tus pies ponemos nuestra vida.

Hoy a tus pies, Glorioso San José.

Escucha nuestra oración y por tu intercesión

obtendremos la paz del corazón.

 

En Nazaret junto a la Virgen Santa.

En Nazaret, Glorioso San José

cuidaste al niño Jesús pues por tu gran virtud

fuiste digno custodio de la luz.

 

Con sencillez humilde carpintero.

Con sencillez, Glorioso San José

hiciste bien tu labor obrero del Señor

ofreciendo trabajo y oración.

Tuviste Fe en Dios y su promesa.

Tuviste Fe, Glorioso San José.

Maestro de oración alcánzanos el don

de escuchar y seguir la voz de Dios.

(Himno a San José de José Antonio Poblete)


https://www.youtube.com/watch?v=qWxGT7TUZ5g&list=RDGbk_cWZ8vP4&index=2

 

Texto evangélico

«Confiad en Dios, y confiad también en mí.  En casa de mi Padre hay lugar para todos; de no ser así, ya os lo habría dicho; ahora voy a prepararos ese lugar.  Una vez que me haya ido y os haya preparado el lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que podáis estar donde esté yo. Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá» (Jn 14, 1-4; 11,25).


San José en los escritos de S. Teresa Benedicta de la Cruz

 


El amor y la confianza de Santa Teresa Benedicta de la Cruz en la protección de San José, nació, creció y arraigó profundamente en su ser en el Carmelo. En el convento de Colonia escribirá la poesía Canto al Santo Padre José, que dedicará a la M. Josefa su priora, en la fiesta de su onomástica: «San José, Nuestro Padre/ de los afligidos consejeros, / en la necesidad ayudar sabe, / y en la muerte refugio nuestro. / Por eso nunca desalentaos / si amenazan y envuelven tormentas; sed atrevidos en el ruego, / la confianza tendrá su recompensa»[1]

    Ya en el carmelo de Echt (Holanda) huyendo de los nazis escribirá la  poesía ¡San José, ¡cuídanos!, haciendo referencia a la terrible persecución que vivían los judíos, cuando se pregunta si hay algún salvador, alguien que les pueda ayudar, dirá:   «Un rayo se abre paso victoriosamente entre las nubes,/ una lúcida estrella, que se inclina amistosa y paternamente hacia nosotros, derramando bondad y ternura, este es San José. Y así acepto todo lo que nos angustia, / lo acepto y lo deposito en las manos fieles. / Acógelo! ¡San José, cuídanos!». […]   «Si tenemos que caminar a tierra extranjera,/ o buscar posada de casa en casa, / vete por delante como guía fiel, / tú, compañero de camino de la Virgen Purísima, / tu, padre fielmente preocupado del Hijo de Dios, / Belén, Nazaret, incluso Egipto,/ será nuestro hogar, si tú permaneces con nosotros./ Donde tú estás, está la bendición del cielo. / Como niños seguimos tus pasos;/ llenos de confianza nos ponemos en tus manos./ Sé tú nuestro hogar: ¡San José cuídanos!»[2].

 

Responsorio

V. Lo nombró administrador de su casa.
R. Lo nombró administrador de su casa.
V. Señor de todas sus posesiones.
R. Administrador de su casa.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo nombró administrador de su casa.


Oración a san José

Glorioso Patriarca San José cuyo poder sabe hacer posible las cosas imposibles, venid en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Tomad bajo vuestra protección las situaciones tan serias y difíciles que os encomiendo….

Por el fin de la pandemia, remedio a sus consecuencias y el retorno a Dios

Por la Iglesia…… (por el Santo Padre, por la santidad de los sacerdotes, y que estos sean ayudados en sus necesidades…)

Por la Orden…(por la vivencia fiel del carisma, por la conservación de los conventos y a través de ellos se irradie el Evangelio, se difunda el carisma….)

Por los cristianos perseguidos….  Por la propia nación…..

Por las necesidades personales……,

a fin de que tengan una feliz solución.

Mi bien amado Padre: toda mi confianza está puesta en Vos. Que no se diga que os he invocado en vano. Y puesto que Vos podéis todo ante Jesús y María, mostradme que vuestra bondad es tan grande como vuestro poder. Amén.

 

Padre nuestro.

 

Oración final

Dios todopoderoso que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 

San José patrono de la Iglesia Universal


 

Oración del Papa Francisco a San José en el año jubilar

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.[3]



                Oración a San José por la Iglesia (León XIII)

A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiados tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.


Notas



[1] Edith Stein, Obras Completas, V, Escritos espirituales, El Carmen- Espiritualidad- Monte Carmelo, Burgos 2004. Poesía n. 4, 765

[2]  Ibid. Poesía 16, 805..

[3] Papa FranciscoCarta Apostólica, Patris Corde, 8.XII.2020, Oración final.

 


Todos los textos de esta novena a San José, a excepción de algunos himnos, han sido extraídos de la Sagrada Escritura, de la Liturgia de la solemnidad de San José y de los escritos de los Santos del Carmelo. La autora se ha limitado a hacer la composición de los textos en forma Novena.

                                                                           

María del Pilar de la Iglesia

                                                   

                                                 Barcelona, 8 de marzo de 2021

                                 (Año Jubilar de San José, 8.XII.2020 a 8.XII.2021)


FUENTE: 


CARMELO TERESA JUAN

web de espiritualidad carmelitana




DÍA OCTAVO Pérdida y encuentro de Jesús en el Templo


Invocación inicial

Aclamemos a Cristo el Señor en esta novena a San José.

 

Himno 

Oh Patriarca santo, humilde José

a ti mis plegarias, dirijo con fe.

 

Tu fuiste elegido, por el mismo Dios

Para ser padre de mi Redentor.

 

Eres el esposo de la Virgen,

tu en tus brazos llevas al niño Jesús.

 

Oh José querido, Patriarca feliz

A ti mis plegarias, postrado ante ti.

 

Eres la esperanza, ante el Redentor.

A ti mis plegarias, de este pecador.

 

Oh Santo José, por tu humildad,

aumenta mi fe y mi caridad.

 

Por tu patrocinio, te pido con fe,

para ir al cielo, y allí te veré.

(Canto popular. ¡Oh Patriarca Santo!)


(https://www.youtube.com/watch?v=r7XIvHXnR1g)

(https://es.scribd.com/document/341972893/Oh-Patriarca-Santo-Himno-a-San-José) Partitura.

 

Texto evangélico

 

«Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén, a celebrar la fiesta de Pascua. Cuando ya el niño era de doce años, fueron todos juntos a la fiesta, como tenían por costumbre. Después, pasados aquellos días, emprendieron el regreso. Pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin advertirlo sus padres. Ellos pensaban que iría mezclado entre la caravana, y así continuaron el camino durante todo un día.

    Al término de la jornada comenzaron a buscarle entre los parientes y conocidos, y, en vista de que no le encontraban, se volvieron a Jerusalén para seguir buscándole allí. Por fin, al cabo de tres días, le encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que le escuchaban estaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Sus padres se quedaron atónitos al verle; y su madre le dijo: ‑ Hijo, ¿por qué has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados buscándote. Jesús les contestó: ‑ ¿Y por qué me buscabais? ¿No sabéis que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que les decía. Después el niño regresó a Nazaret con sus padres y siguió sujeto a ellos. Su madre, por su parte, guardaba todas estas cosas en lo íntimo de su corazón.  Y Jesús crecía, y con la edad aumentaban su sabiduría y el favor de que gozaba ante Dios y los hombres» (Lc 2, 41-52).

 

San José en los escritos de Santa Maravillas de Jesús

 


Fue muy devota de San José Santa Maravillas de Jesús y enseñaba a los demás a descubrir su grandeza en el designio de Dios: “«Nuestro Padre San José fue el elegido por Dios para poner en sus manos lo más grande, lo más delicado, a la Santísima Virgen María y con ella le ha dado a su Hijo Jesucristo. Nuestro Padre San José tuvo que sufrir mucho, pero ¡con qué entrega y cuánta generosidad!»[i].

      Lo presentaba como maestro e intercesor para el progreso en la vida espiritual: «Que nuestro Padre San José que tan especialmente ha querido serlo suyo en el Carmelo, la enseñe más y más las virtudes que él practicó, para que agrade como él Cristo nuestro bien» «Que nuestro Padre San José me las llene del amor que él tenía a su Niño y me las enseñe a conversar con El y a agradarle en todo, sustentándole con las almas que le ganen; y que le pidan por mí, que quiero quererle tanto como él»[ii] «Que sea nuestro modelo N. P. S. José; pidámosle que nos enseñe a vivir sólo para Dios. Miren que el alma que de veras lo desea, el alma que es fiel en todas las cosas, aunque caiga, nunca deja de recompensarla el Señor»[iii]

 

San José en los relatos de la sierva de Dios Sor María Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado


 

Relato de la última aparición de la Virgen en Fátima (13.X.1917)

 

«Desaparecida Nuestra Señora vimos al lado del sol a San José con el Niño y a Nuestra Señora vestida de blanco con un manto azul. San José con el Niño parecían bendecir al mundo, con unos gestos que hacían con la mano en forma de cruz»[iv]


Responsorio

V. Lo nombró administrador de su casa.
R. Lo nombró administrador de su casa.
V. Señor de todas sus posesiones.
R. Administrador de su casa.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo nombró administrador de su casa.


Oración a san José

Glorioso Patriarca San José cuyo poder sabe hacer posible las cosas imposibles, venid en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Tomad bajo vuestra protección las situaciones tan serias y difíciles que os encomiendo….

Por el fin de la pandemia, remedio a sus consecuencias y el retorno a Dios

Por la Iglesia…… (por el Santo Padre, por la santidad de los sacerdotes, y que estos sean ayudados en sus necesidades…)

Por la Orden…(por la vivencia fiel del carisma, por la conservación de los conventos y a través de ellos se irradie el Evangelio, se difunda el carisma….)

Por los cristianos perseguidos….  Por la propia nación…..

Por las necesidades personales……,

a fin de que tengan una feliz solución.

Mi bien amado Padre: toda mi confianza está puesta en Vos. Que no se diga que os he invocado en vano. Y puesto que Vos podéis todo ante Jesús y María, mostradme que vuestra bondad es tan grande como vuestro poder. Amén.


Padre nuestro.


Oración final

Dios todopoderoso que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

 



[i]San José en la vida y espiritualidad de la Madre Maravillas de Jesús, La  Aldehuela, 1992, 22-23.

[ii] M. Maravillas, Era Así. Ed. La Aldehuela, Madrid 1993, 244, Cta. 1401.

[iii] San José en la vida y espiritualidad de la Madre Maravillas de Jesús, 22.

[iv] El mensaje de Fátima. Habla Lucía, Ed. Sol de Fátima, Madrid, 1997, 21-22. 

 

Todos los textos de esta novena a San José, a excepción de algunos himnos, han sido extraídos de la Sagrada Escritura, de la Liturgia de la solemnidad de San José y de los escritos de los Santos del Carmelo. La autora se ha limitado a hacer la composición de los textos en forma Novena.

                                                                           

María del Pilar de la Iglesia

                                                   

                                                 Barcelona, 8 de marzo de 2021

                                 (Año Jubilar de San José, 8.XII.2020 a 8.XII.2021)


FUENTE: 


CARMELO TERESA JUAN

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DÍA SÉPTIMO La vida de familia en Nazaret

  


Invocación inicial

Aclamemos a Cristo el Señor en esta novena a San José.

 

Himno

 

Yo no soy digno

de entrar en su hogar,

ni mucho menos

de llegarle a amar.

 

Soy un pobre carpintero

sin tesoros ni dinero.

Mi cetro un burdo madero

y mi trono un butacón.

 

Qué riquezas he de darle,

bajo qué techo aguardarles,

cuando el frío invierno,

al llegar venga dispuesto a quedarse.

 

Soy solo un trabajador,

con manos de leñador,

que convierte

en herramientas,

 

Pero como he de decir

con el mismo Dios vivir.

Quién soy yo para abrazarle

o decir que soy su padre.

¿Quién soy yo?

 

No me ha llamado

el Señor por tener fama o dinero.

Me ha escogido aunque soy

solo un simple carpintero,

(Canto a San José “Carpintero” de Felipe Gómez)

 

https://www.youtube.com/watch?v=dvHI9ERTux0

 

Texto evangélico

 

«Después de muerto Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José, allá en Egipto, y le dijo: ‑ Ponte en camino con el niño y con su madre y regresa con ellos a Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño. José preparó el viaje, tomó al niño y a la madre y regresó con ellos a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes, reinaba en Judea en lugar de su padre, tuvo miedo de ir allí. Así que, nuevamente advertido en sueños, se dirigió a la región de Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. De esta manera se cumplió lo que habían anunciado los profetas: que Jesús sería llamado Nazareno» (Mt 2, 19-23).

 

San José en los escritos de Santa Isabel de la Trinidad  

 


Santa Isabel de la Trinidad fue toda la vida muy devota de San José, no dejaba de encomendarle con toda confianza sus intenciones. Su Diario es fiel reflejo de ello: «Esta mañana he comulgado por el comienzo del mes de San José y he pedido a este gran Santo, en quien tengo mucha confianza que me ayude en la conversión de este pecador» (n. 17). En una carta a su madre le dice: «Dile que ruego mucho a San José [para que le conceda un novio]; esperaba que hubiera hecho algo para su fiesta; estoy llena de esperanza»[i].

     El 1 de enero de 1906, ella morirá el 9 de noviembre de este año, cada hermana de la comunidad saca por suerte su patrón para el año que comienza. A Isabel le toca San José y dice a todas: «San José es el patrono de la buena muerte, viene a buscarme para llevarme al Padre. Ya sabía yo que San José vendría a buscarme este año. Ya está aquí»[ii].

   

    San José en los escritos de Santa Teresa de los Andes



   Encomendó Santa Teresa de los Andes su vocación religiosa a la Virgen María y a San José, escribirá: «He puesto en defensa de mi causa dos grandes abogados que no pueden ser vencidos: mi madre Santísima, a quien jamás he invocado en vano y me ha sido mi guía verdadero toda mi vida, desde muy chica y mi padre San José -a quien he cobrado gran devoción-, que lo pueden todo cerca de su divino Hijo», «pues estoy segura que la Sma. Virgen y mi padre San José no han podido hacerse sordos a ruegos tan constantes y llenos de santa caridad».

«¡Bendito sea Dios! Todo ha sucedido de un modo providencial y he visto patente la voluntad de Dios, pues tal como quería ha sucedido. El 7 de mayo la Sma. Virgen y San José me abrirán las puertas de mi convento y ese día moriré al mundo para vivir para siempre escondida en Dios».  «Me retiro con él (Jesús) en lo íntimo de mi alma, y allí, como en otro Nazaret, viviré en su compañía con mi Madre y San José»[iii].

 

Responsorio

V. Lo nombró administrador de su casa.
R. Lo nombró administrador de su casa.
V. Señor de todas sus posesiones.
R. Administrador de su casa.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo nombró administrador de su casa.


Oración a san José

Glorioso Patriarca San José cuyo poder sabe hacer posible las cosas imposibles, venid en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Tomad bajo vuestra protección las situaciones tan serias y difíciles que os encomiendo….

Por el fin de la pandemia, remedio a sus consecuencias y el retorno a Dios

Por la Iglesia…… (por el Santo Padre, por la santidad de los sacerdotes, y que estos sean ayudados en sus necesidades…)

Por la Orden… (por la vivencia fiel del carisma, por la conservación de los conventos y a través de ellos se irradie el Evangelio, se difunda el carisma….)

Por los cristianos perseguidos….  Por la propia nación…..

Por las necesidades personales……,

a fin de que tengan una feliz solución.

Mi bien amado Padre: toda mi confianza está puesta en Vos. Que no se diga que os he invocado en vano. Y puesto que Vos podéis todo ante Jesús y María, mostradme que vuestra bondad es tan grande como vuestro poder. Amén.


Padre nuestro.


Oración final

Dios todopoderoso que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 



[i] Isabel de la Trinidad, Obras Completas, Ed. Espiritualidad, Madrid 1986. Carta 265. Se alude a una María Luisa, que parece encontrar muchas dificultades en tener novio. Se invoca a San José Patrón de las familias. 

[ii] Citado por Roman Llamas, San José, fundador y padre del Carmelo Teresiano, Ed. Arca de la Alianza, Madrid 2011, 116.

[iii] Teresa de los Andes, Obras Completas, Monte Carmelo, Burgos 1995, Cartas:  26.3.1919; 12.4.1919; 28.4.1919. 



Todos los textos de esta novena a San José, a excepción de algunos himnos, han sido extraídos de la Sagrada Escritura, de la Liturgia de la solemnidad de San José y de los escritos de los Santos del Carmelo. La autora se ha limitado a hacer la composición de los textos en forma Novena.

                                                                           

María del Pilar de la Iglesia

                                                   

                                                 Barcelona, 8 de marzo de 2021

                                 (Año Jubilar de San José, 8.XII.2020 a 8.XII.2021)


FUENTE: 


CARMELO TERESA JUAN

web de espiritualidad carmelitana




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