La Santa redactó el Camino dos
veces. Ambas redacciones se conservan autógrafas.
La primera sin división de capítulos, en la Biblioteca del Escorial. La segunda, ya en forma de libro seccionado en capítulos, en las carmelitas descalzas de Valladolid. Las dos fueron escritas en el naciente carmelo de San José de Avila. Probablemente en 1566, después de terminar el Libro de la Vida (finales de 1565), y antes de tener la visita del famoso franciscano Alonso de Maldonado (finales de 1566).
La autora se decidió a redactarlo por segunda vez, por varios motivos: para darle forma de libro, de más fácil lectura en su comunidad; para atenerse a las indicaciones del teólogo amigo, que revisó el manuscrito y le tachó numerosos pasajes (entre ellos, la famosa apología de las mujeres en el capítulo 3º); y para rebajar el tono coloquial y confidencial de la redacción primera, aligerando el texto de comparaciones, de alusiones polémicas y de referencias a la propia experiencia religiosa.
Todavía después de redactado el libro por segunda vez, lo sometió a la revisión del teólogo, o teólogos censores, que le borraron numerosos pasajes y le hicieron arrancar diversas hojas (por ejemplo, la comparación del juego de ajedrez con la humildad, en el actual capítulo 16: arrancó cinco folios y los sustituyó con uno).
La primera sin división de capítulos, en la Biblioteca del Escorial. La segunda, ya en forma de libro seccionado en capítulos, en las carmelitas descalzas de Valladolid. Las dos fueron escritas en el naciente carmelo de San José de Avila. Probablemente en 1566, después de terminar el Libro de la Vida (finales de 1565), y antes de tener la visita del famoso franciscano Alonso de Maldonado (finales de 1566).
La autora se decidió a redactarlo por segunda vez, por varios motivos: para darle forma de libro, de más fácil lectura en su comunidad; para atenerse a las indicaciones del teólogo amigo, que revisó el manuscrito y le tachó numerosos pasajes (entre ellos, la famosa apología de las mujeres en el capítulo 3º); y para rebajar el tono coloquial y confidencial de la redacción primera, aligerando el texto de comparaciones, de alusiones polémicas y de referencias a la propia experiencia religiosa.
Todavía después de redactado el libro por segunda vez, lo sometió a la revisión del teólogo, o teólogos censores, que le borraron numerosos pasajes y le hicieron arrancar diversas hojas (por ejemplo, la comparación del juego de ajedrez con la humildad, en el actual capítulo 16: arrancó cinco folios y los sustituyó con uno).
Fuente : WEBSITE “MUY PECULIAR” DEL MUNDO TERESIANO
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