DÍA QUINTO
La profecía del anciano Simeón
Invocación inicial
Aclamemos a Cristo el Señor en
esta novena a San José.
Himno
San José el
patriarca que acunó
al niño Jesús, lo vio crecer,
era ejemplo de
justicia y de bondad,
todo era paz.
Pero aquí, la esperanza de un
pueblo que sufre tanto,
no
morirá, todos juntos
lucharemos por la vida,
Viva la Paz.
Quiero ser el amigo que recorre
la sorpresa del destino, día y noche
siempre estaremos aquí.
Quiero ser ese sol por el
que
brillará la luna, ser el viento por
el que borra la bruma y vivir
mi suelo junto a ti y ser feliz.
(Himno a San José de Héctor Hugo Ríos)
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Texto evangélico
«Por aquel entonces vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que esperaba la
liberación de Israel. El Espíritu Santo
estaba con Simeón, y le había hecho saber que no moriría antes de haber visto al Mesías
enviado por el Señor. Simeón guiado
por el Espíritu Santo fue al templo al mismo tiempo que los padres del niño
Jesús llevaban a su hijo para hacer con él lo que ordenaba la Ley. Y tomando al niño en brazo alabó, a Dios
diciendo: - Ahora, Señor, ya puedo
morir en paz, porque has cumplido tu
promesa. Con mis propios ojos he visto al
Salvador que has preparado a la
vista de todos los pueblos. El
es luz que se manifiesta a las naciones, y gloria de tu
pueblo Israel.
Los padres de Jesús estaban asombrados de lo que Simeón decía
acerca del niño. Simeón los bendijo y anunció
a María, la madre del niño: - Mira, este niño va a ser causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos
se levanten. Es un signo de contradicción
puesto para descubrir los más
íntimos pensamientos de mucha
gente. En cuanto
a ti misma,
una espada te atravesará el
corazón. Después de haber cumplido todos los preceptos de la ley del Señor, se volvieron a Galilea,
a su pueblo, Nazaret» (Lc 2,
25-35, 39).
Textos sobre San José en Santa Teresa del Niño Jesús
«Desde mi
infancia había sentido hacia San José una devoción que se confundía con mi amor
a la Santísima Virgen». «Rogué también a San José que velase por mí. Todos los días le rezaba la oración: “San José, padre y
protector de las vírgenes”. Con esto, emprendí sin miedo el largo viaje (a
Italia) Iba tan bien protegida, que me parecía imposible tener miedo»5.
Su amor y confianza a San José le acompañará en toda su vida, a él
dedicará una poesía: «Vuestra admirable vida / en la sombra, José, se deslizó /
humilde y escondida, / ¡pero fue augusto privilegio vuestro / contemplar muy de cerca la belleza/ de Jesús y María! /
¡Más de una vez, el que es Hijo de Dios, / y entonces era niño/ y sometido en
todo a la obediencia vuestra, / sobre el dulce refugio de vuestro pecho amante
/ descansó con placer!/ Y como vos, nosotros,/ en la tranquila soledad, servimos
/ a María y
Jesús, / nuestro mayor cuidado es contentarles, / no deseamos más. / A vos,
Teresa, nuestra Santa Madre, / acudía amorosa y confiada / en la necesidad, / y
asegura que nunca su plegaria / dejasteis
de escuchar. / Tenemos la esperanza de que
un día, / cuando haya terminado la prueba de esta vida, / al lado
de María iremos, Padre, a veros. / Bendecid, tierno Padre, nuestro Carmelo, y
tras el destierro de esta vida reunidnos en
el cielo!»6
Responsorio
V. Lo nombró administrador de su casa.
R. Lo nombró administrador de su casa.
V. Señor de todas sus posesiones.
R. Administrador de su casa.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo nombró administrador de su casa.
Oración a san José
Glorioso Patriarca San José cuyo poder sabe hacer posible las cosas imposibles, venid en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Tomad bajo vuestra protección las situaciones tan serias y difíciles que os encomiendo….
Por la Orden…(la conservación y expansión de los conventos..)
Por la Iglesia… (por el Santo Padre, por la santidad de los sacerdotes, para que sean ayudados
en sus necesidades….)
en sus necesidades….)
Por los cristianos perseguidos….
Por la propia nación…..
Por la humanidad…..
Por las necesidades personales……,
a fin de que tengan una feliz solución.
Mi bien amado Padre: toda mi confianza está puesta en Vos. Que no se diga que os he invocado en vano. Y puesto que Vos podéis todo ante Jesús y María, mostradme que vuestra bondad es tan grande como vuestro poder. Amén.
Padre nuestro.
Oración final
Dios todopoderoso que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por nuestro Señor Jesucristo.
Notas
5 Teresa de Lisieux, Obras Completas, Monte Carmelo, Burgos
2006. Manuscrito A, 57r.
6 Santa TERESA DEL NIÑO JESÚS, “A Nuestro Padre San José”
(Poesía 14).
Todos los textos de esta novena a San José, a excepción de algunos himnos, han sido extraídos de la Sagrada Escritura, de la Liturgia de la solemnidad de San José y de los escritos de los Santos del Carmelo. La autora se ha limitado a hacer la composición de los textos en forma Novena.
María del Pilar de la Iglesia ocds (Doctora en Teología)
Barcelona, 19 de marzo de 2018
María del Pilar de la Iglesia ocds (Doctora en Teología)
Barcelona, 19 de marzo de 2018
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