DÍA NOVENO
Encuentro con el Señor
Invocación inicial
Venid, adoremos al Señor, fuente de la Sabiduría, en unión de Nuestra Madre Santa Teresa de Jesús.
Himno: Maestra de la luz (Himno V Centenario)
Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia,
maestra de la luz, centella del amor,
enséñanos la senda por la que caminaste
con alma enamorada, buscando en ti al Señor
La oración es, Teresa, el atrio de tu casa
morada amurallada, palacio de interior,
refugio del humilde que aspira a las virtudes,
castillo de diamante o diáfano color.
La luz va iluminando, Teresa, tus sandalias
que van pisando el tiempo para una nueva edad
con fríos y con soles, con lluvias y con nieves,
con grande sed de viento y amor de libertad.
Tu escritura, Teresa, que hiciste de rodillas,
tus sílabas en vuelo, tu verbo celestial,
son fuego que palpita, son llama de amor viva,
palabra que inaugura un canto universal.
Centellas de luz pura, Teresa, son tus ojos
absortos en la noche, prendidos del fulgor.
Reluce y se estremece tu alma que han tocado
los dedos del amado vistiéndola de amor.
(https://www.youtube.com/watch?v=l1EPqKRFZj4)
“Yo he manifestado tu gloria aquí, en este mundo, llevando a cabo la obra que me encomendaste. […] He procurado que te conociesen aquellos que tú sacaste del mundo para confiármelos a mí. Yo te ruego por ellos por los que tú me confiaste, ya que a ti te pertenecen” (Jn 17, 4.6.9)
“Plenamente consciente de haber cumplido a la perfección la misión que el Padre le había confiado, con el fin de que se cumpliese la Escritura, Jesús exclamó: - Tengo sed. […] Todo está cumplido. E, inclinando la cabeza, murió” (Jn 19, 28-30).
“Plenamente consciente de haber cumplido a la perfección la misión que el Padre le había confiado, con el fin de que se cumpliese la Escritura, Jesús exclamó: - Tengo sed. […] Todo está cumplido. E, inclinando la cabeza, murió” (Jn 19, 28-30).
Texto teresiano
“Pidió que le diesen el Santísimo Sacramento, porque entendía que se moría. Cuando vio que se le llevaban, sentóse en la cama con gran ímpetu, de manera que fue menester tenerla, porque parecía que se quería echar de la cama. Decía con gran alegría:
“Señor mío, ya es tiempo de caminar. Sea muy enhorabuena, y cúmplase vuestra voluntad”. Y comenzó a decir unas palabras muy tiernas y amorosas: “Oh Señor y Esposo mío, ya es llegada la hora que yo tengo tanto deseada. Hora es ya que nos juntemos”. (Declaraciones de testigos)
“Acabamos de conferir o, mejor dicho, acabamos de reconocer a Santa Teresa de Jesús el título de doctora de la Iglesia. [...] La vemos ante nosotros como una mujer excepcional, como una religiosa que envuelta toda ella de humildad, de penitencia y de sencillez, irradia en torno a sí la llama de su vitalidad humana y de su dinámica espiritualidad; la vemos, además, como reformadora y fundadora de una histórica e insigne Orden religiosa, como escritora genial y fecunda, como maestra de vida espiritual, como contemplativa incomparable e incansable alma activa.
La doctrina de Teresa de Ávila brilla por los carismas de la verdad, de la fidelidad a la fe católica, de la utilidad para la formación de las almas. [...] Se la considera como uno de los supremos maestros de la vida espiritual”. (Homilía de Pablo VI, al declarar a Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia Universal).
Responsorio breve“Señor mío, ya es tiempo de caminar. Sea muy enhorabuena, y cúmplase vuestra voluntad”. Y comenzó a decir unas palabras muy tiernas y amorosas: “Oh Señor y Esposo mío, ya es llegada la hora que yo tengo tanto deseada. Hora es ya que nos juntemos”. (Declaraciones de testigos)
“Acabamos de conferir o, mejor dicho, acabamos de reconocer a Santa Teresa de Jesús el título de doctora de la Iglesia. [...] La vemos ante nosotros como una mujer excepcional, como una religiosa que envuelta toda ella de humildad, de penitencia y de sencillez, irradia en torno a sí la llama de su vitalidad humana y de su dinámica espiritualidad; la vemos, además, como reformadora y fundadora de una histórica e insigne Orden religiosa, como escritora genial y fecunda, como maestra de vida espiritual, como contemplativa incomparable e incansable alma activa.
La doctrina de Teresa de Ávila brilla por los carismas de la verdad, de la fidelidad a la fe católica, de la utilidad para la formación de las almas. [...] Se la considera como uno de los supremos maestros de la vida espiritual”. (Homilía de Pablo VI, al declarar a Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia Universal).
R/. Oigo en mi corazón: * Buscad mi rostro.
V/. Tu rostro buscaré, Señor. * Buscad mi rostro. Gloria al Padre. Oigo.
Preces
Aclamemos con júbilo a Cristo, Señor de la gloria y corona de todos los santos, que nos concede celebrar la solemnidad de santa Teresa, nuestra Madre, y digámosle:
Te alabamos, Señor.
Señor, fuente de vida y de santidad, que has mostrado en tus santos las maravillas de tu amor,
― queremos cantar hoy tus misericordias con nuestra Madre Teresa de Jesús.
Te alabamos, Señor.
Tú, que anhelas abrasar el mundo entero con el fuego de tu caridad,
― haz que seamos ante los hombres servidores y testigos de tu amor, a imitación de santa Teresa.
Te alabamos, Señor.
Tú, que has suscitado en la Iglesia la familia del Carmelo Teresiano para perpetuar el carisma de su fundadora,
― concede a todos los carmelitas la gracia de ser herederos del espíritu de oración y del celo apostólico de su madre.
Te alabamos, Señor.
Te alabamos, Señor.
Señor, fuente de vida y de santidad, que has mostrado en tus santos las maravillas de tu amor,
― queremos cantar hoy tus misericordias con nuestra Madre Teresa de Jesús.
Te alabamos, Señor.
Tú, que anhelas abrasar el mundo entero con el fuego de tu caridad,
― haz que seamos ante los hombres servidores y testigos de tu amor, a imitación de santa Teresa.
Te alabamos, Señor.
Tú, que has suscitado en la Iglesia la familia del Carmelo Teresiano para perpetuar el carisma de su fundadora,
― concede a todos los carmelitas la gracia de ser herederos del espíritu de oración y del celo apostólico de su madre.
Te alabamos, Señor.
(Se pueden expresar otras intenciones particulares)
Padre nuestro…
Oración para todos los días
“¡Oh, Señor mío!, ¿cómo os puede pedir mercedes quien tan mal os ha servido y ha sabido guardar lo que le habéis dado? ¿Qué se puede confiar de quien muchas veces ha sido traidor? Pues ¿qué haré, consuelo de los desconsolados y remedio de quien se quiere remediar de Vos? ¿Por ventura será mejor callar con mis necesidades esperando que Vos las remediéis? No, por cierto; que Vos, Señor mío y deleite mío, sabiendo las muchas que habían de ser y el alivio que nos es contarlas a Vos, decís que os pidamos y que no dejaréis de dar”. Amén (Exclamaciones 5,1)
Todos los textos de esta novena a Santa Teresa de Jesús, han sido extraídos de la Sagrada Escritura, del oficio propio de la Liturgia de las Horas de Santa Teresa de Jesús y de sus escritos, a excepción de dos himnos oficiales dedicados a ella. La autora se ha limitado hacer la composición de los textos en forma Novena.
María del Pilar de la Iglesia OCDS
Barcelona, 3 de octubre de 2018