No
solo ha encontrado un eco constante y maravilloso en las monjas y frailes
carmelitas descalzos sino que a través de ellos se ha extendido a toda la
Iglesia.
La estrella luminosa josefina de san José de Ávila y de tantos
conventos de monjas y frailes carmelitas descalzo ha encendido en la Iglesia
muchas estrellas de devoción y amor a san José y siguen y seguirán
encendiéndolas. Santa Teresa por medio de ellos sigue haciendo crecer el
conocimiento el santo Patriarca y sigue engrandeciéndole.
La B. Ana de san
Bartolomé, la enfermera de santa Teresa y gran devota de san José afirma:
“Y
esta devoción a san José plantó la Santa en España que casi no la conocían, y
ahora lo es tanto, que no solo en sus monasterios, mas hay grandes cofradías de
él y en su día tantas devociones en las iglesias y misas con música y tañido de
las campanas, como el día de Pascua. Harto ayuda a España este glorioso santo,
(Obras completas por JULIÁN URQUIZA, Roma, 1981, MHCT, Meditaciones
sobre el camino de Cristo, p. 78-79).
Y
el P. Miguel de Carranza, carmelita, nos ha dejado este precioso testimonio al
respecto:
“Después emprendió la fundación de otros muchos (monasterios) y
casi todos bajo el título y nombre del bienaventurado señor san José, del cual
fue siempre devotísima, y fue la ocasión grande que por toda España se
conociese y dilatase la devoción que en ella se tiene de este glorioso y
bienaventurado Padre legal de nuestro Redentor, Cristo, y esposo verdadero de
la Santísima Virgen María, Madre suya y Señora nuestra” (Dicho del 5de
septiembre de 1595 BMC, 19,135).
P.
Román Llamas, ocd, 15 de enero de 2020, miércoles.
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