Santa Marta, Virgen
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“Cristo en casa de Marta y María” óleo de Jan Vermeer van
Delft,
Galería Nacional de Escocia, Edimburgo (Reino Unido)
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[5] Santa era Santa Marta, aunque no dicen era
contemplativa; pues ¿qué más queréis que poder llegar a ser como esta
bienaventurada, que mereció tener a Cristo Nuestro Señor tantas veces en su
casa y darle de comer y servirle y comer a su mesa? Si se estuviera como la
Magdalena, embebidas, no hubiera quien diera de comer a este divino Huésped.
Pues pensad que es esta Congregación la casa de Santa Marta y que ha de haber
de todo; y las que fueren llevadas por la vida activa, no murmuren a las que
mucho se embebieren en la contemplación, pues saben ha de tornar el Señor de
ellas, aunque callen, que, por la mayor parte, hace descuidar de sí y de
todo.
[6] Acuérdense que es menester
quien le guise la comida, y ténganse por dichosas en andar sirviendo con Marta;
miren que la verdadera humildad está mucho en estar muy prontos en contentarse
con lo que el Señor quisiere hacer de ellos y siempre hallarse indignos de
llamarse sus siervos. Pues si contemplar y tener oración mental y vocal y curar
enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar –sea en lo más bajo–, todo es
servir al Huésped que se viene con nosotras a estar y a comer y recrear, ¿qué
más se nos da en lo uno que en lo otro?. ( Camino de Perfección 17, 5-6)
Teresa de Jesús
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Santa Marta. Finales del siglo XV. Autor desconocido.
Musée de Cluny - Musée national du Moyen Âge.
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[5] Santa era Santa Marta, aunque no dicen era contemplativa; pues ¿qué más queréis que poder llegar a ser como esta bienaventurada, que mereció tener a Cristo Nuestro Señor tantas veces en su casa y darle de comer y servirle y comer a su mesa? Si se estuviera como la Magdalena, embebidas, no hubiera quien diera de comer a este divino Huésped. Pues pensad que es esta Congregación la casa de Santa Marta y que ha de haber de todo; y las que fueren llevadas por la vida activa, no murmuren a las que mucho se embebieren en la contemplación, pues saben ha de tornar el Señor de ellas, aunque callen, que, por la mayor parte, hace descuidar de sí y de todo.
[6] Acuérdense
que es menester quien le guise la comida, y ténganse por dichosas en andar
sirviendo con Marta; miren que la verdadera humildad está mucho en estar muy
prontos en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos y siempre
hallarse indignos de llamarse sus siervos. Pues si contemplar y tener oración
mental y vocal y curar enfermos y servir en las cosas de casa y trabajar –sea
en lo más bajo–, todo es servir al Huésped que se viene con nosotras a estar y
a comer y recrear, ¿qué más se nos da en lo uno que en lo otro? ( Camino de Perfección 17, 5-6)
Teresa de Jesús
Beato Juan Soreth, o. carm.
Durante veinte años sirvió a la Orden como General, con admirable espíritu de humildad y servicio. Falleció en 1471. Se le recuerda por sus trabajos para reconducir la Orden a su primitiva observancia en una época histórica especialmente crítica. Escribió un célebre comentario sobre la Regla y publicó las Constituciones revisadas. Se le considera el fundador de las monjas carmelitas y del Carmelo Seglar, ya que organizó el reconocimiento jurídico de unas y otros, como miembros de derecho de la familia carmelitana. Fue beatificado en 1866.
Se le suele representar con un copón en la mano, porque con motivo de un incendio se arriesgó a entrar en la Iglesia para salvar el Santísimo sacramento de las llamas.
Es el general de la Orden que dio reconocimiento jurídico a las monjas y a los seglares carmelitas en la Orden del Carmelo.
Aunque se hablaba de primera Orden (los frailes, porque fueron los primeros), segunda Orden (las monjas, que vinieron después) y tercera Orden (los seglares, que entraron en el Carmelo los últimos), se trata de tres ramas de la misma familia, de tres maneras de vivir el único carisma carmelitano.
Hoy hay que contar también a los institutos misioneros afiliados a la Orden, que son tan carmelitas como los demás, pero cada uno vive su pertenencia a la familia de una manera peculiar.
Así que el Carmelo está compuesto por frailes, monjas contemplativas, religiosos y religiosas de vida activa, institutos seculares y grupos laicales unidos a la única familia por distintos vínculos. Entre todos formamos la gran familia del Carmelo, extendida por los cuatro continentes.
Es el general de la Orden que dio reconocimiento jurídico a las monjas y a los seglares carmelitas en la Orden del Carmelo.
Aunque se hablaba de primera Orden (los frailes, porque fueron los primeros), segunda Orden (las monjas, que vinieron después) y tercera Orden (los seglares, que entraron en el Carmelo los últimos), se trata de tres ramas de la misma familia, de tres maneras de vivir el único carisma carmelitano.
Hoy hay que contar también a los institutos misioneros afiliados a la Orden, que son tan carmelitas como los demás, pero cada uno vive su pertenencia a la familia de una manera peculiar.
Así que el Carmelo está compuesto por frailes, monjas contemplativas, religiosos y religiosas de vida activa, institutos seculares y grupos laicales unidos a la única familia por distintos vínculos. Entre todos formamos la gran familia del Carmelo, extendida por los cuatro continentes.
FUENTE: Beato Juan Soreth
san Pedro Poveda (1874-1936)
Pedro José Luis Francisco Javier Poveda Castroverde vivió entre 1874 y 1936. Nació en Linares (Jaén, España) en una familia numerosa y creyente en la que recibió una educación cristiana y comprometida.
San Pedro Poveda, fundador de la institución teresiana. Humanista y pedagogo, se relacionó con las principales asociaciones y personalidades de la vida intelectual y pedagógica de su época, potenciando la educación de los excluidos de la sociedad.
San Pedro Poveda, fundador de la institución teresiana. Humanista y pedagogo, se relacionó con las principales asociaciones y personalidades de la vida intelectual y pedagógica de su época, potenciando la educación de los excluidos de la sociedad.
Beato Tito Bransdma
Nació en la ciudad de Bolsward (Holanda) en 1881, y entró de joven en la Orden de los Carmelitas. Fue ordenado sacerdote en 1905. Realizó estudios de especialización en Roma, donde obtuvo el grado de doctor en filosofía en la Universidad Pontificia Gregoriana. Vuelto a su patria, enseñó en varios liceos holandeses y fue profesor de filosofía e historia de la mística en la Universidad Católica de Nimega, de la cual fue Rector Magnífico. Periodista y publicista, en 1935 fue nombrado consultor eclesiástico de los periodistas católicos. Fue conocido por su disponibilidad para todos y en todo. Antes y durante la ocupación nazi de Holanda luchó, con fuerza y con fidelidad al Evangelio, contra la propagación de la ideología nacionalsocialista y defendió la libertad de la escuela y de la prensa católica. Por esto fue arrestado. Comenzaba así su calvario de sufrimientos y humillaciones, mientras infundía serenidad y daba consuelo a los otros deportados y los ayudaba en sus sufrimientos. En medio de tan atroces tormentos, sabía comunicar el bien, el amor y la paz. Después de pasar por varias cárceles y campos, al final fue internado en Dachau, donde el 26 de julio de 1942 fue asesinado.
“Ante un cuadro de Jesús en mi celda”
Cuando te miro, buen
Jesús, advierto
en ti el calor del más querido
amigo,
y siento que, al amarte yo,
consigo
el mayor galardón, el bien más
cierto.
Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran
coraje;
mas a tu gloria, en este duro
viaje,
solo el camino del dolor
conduce.
Feliz en el dolor mi alma se siente;
la Cruz es mi alegría, no mi
pena;
es gracia tuya que mi vida
llena
y me une a ti, Señor,
estrechamente.
Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me
tortura,
fina prueba serán de tu
ternura,
porque a ti me asemejan
redentores.
Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me
aterra:
a nadie necesito yo en la
tierra
en tanto que Tú estés al lado
mío.
¡Quédate mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu
ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu
presencia
y todo lo embelleces con tu
gracia!
Santos Joaquín y Ana
Padre santo, cuando la historia se acercaba a la plenitud de los tiempos, tú diste al matrimonio formado por Joaquín y Ana la gracia de una hija, María, predilecta de tu corazón, que sería Madre nuestra por la encarnación de tu Hijo. Concédenos que en todos los hogares de la tierra se tome como bendición y gracia la llegada de unos hijos que sean su flor y fruto en el amor. Amén.
El profeta Elías
EL Carmelo celebra hoy al Profeta Elías, cuyo nombre (en hebreo ’Èl-iYahu) significa “Yahvé es mi Dios”.
"...El
entonces Procurador General de la Orden, Eliseo Monsignani, lleno de alegría,
cursó a los Provinciales esta comunicación: “Ha llegado el tiempo en que, aun
cuando los carmelitas callen, las piedras y los mármoles hablarán y dirán que
el profeta Elías es el Padre y Fundador de los carmelitas” ...
Nos recordaba el papa San Juan Pablo II el 24.9.1983
"Vuestro
carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la
grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo testamento. Él
fue un hombre de Dios, Maestro testigo de oración. Como hijo del pueblo, es un
ejemplo a seguir por vosotros de cómo tenéis que preocuparos de las necesidades
del prójimo. Ello quiere decir que vosotros debéis ser hombres de Dios, testigos
de la transcendencia divina, apóstoles de la Divina economía."
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Beato Juan Soreth |
Bto. Juan Soreth (+1471) en su Exposición de la Regla:
"Nosotros somos los Hijos de los Profetas, no según la carne, sino por la
imitación de sus obras. El Redentor decía a los judíos que se gloriaban de
proceder de Abrahán: "Haced las obras de Abrahán". Así hoy se debe
decir a los carmelitas: "Haced las obras de Elías".
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San Brocardo |
San Brocardo, Superior General del Carmelo, a los moradores de
aquella Santa Montaña antes de expirar: "Ajustad vuestra vida a la vida
ejemplar de la Bienaventurada Virgen Maria y de nuestro fundador, el Santo
Profeta Elías".
Nuestra Señora de la Divina Gracia o “Virgen de la cabeza inclinada”
La imagen original de Nuestra Señora de la Divina Gracia o
“Virgen de la cabeza inclinada” ("Maria mit dem Geneigten Haupt" en
alemán), fue encontrada por el venerable padre carmelita descalzo Domingo de
Jesús María (1559-1630) entre un montón de escombros en la ciudad de Viena
(Austria) el año 1610. Eran años de enfrentamientos entre católicos y
protestantes y alguien había profanado el cuadro de la
Virgen, dañándolo y tirándolo después a la basura.
El padre Domingo lo restauró y lo colocó en un lugar digno, invitando a la población a un acto de desagravio a María. La Virgen se lo agradeció inclinando la cabeza y dirigiéndole palabras de consuelo. Desde entonces la imagen de María quedó inclinada en la posición actual, de ahí el nombre popular de “Virgen de la cabeza inclinada” con el que es conocida en Viena.
La imagen restaurada se convirtió en símbolo de la identidad católica que renace fortalecida después de cada persecución.
Como se sucedieron varios milagros ante esta imagen, la advocación a Nuestra Señora de la Divina Gracia se hizo muy popular, hasta el punto de que el duque de Baviera se la pidió al general de la Orden para llevarla a un nuevo convento de carmelitas descalzos que había fundado en Munich (Alemania). Más tarde el emperador Fernando II la llevó consigo a un convento carmelitano que fundó en Praga (Chequia). Al enviudar, su esposa la llevó consigo cuando se hizo carmelita descalza en un monasterio que ella fundó en Viena. A su muerte en 1655, la venerable imagen, que había presidido varias fundaciones carmelitanas en Centro-Europa, regresó al convento de los padres carmelitas descalzos de Viena.
En 1901 se trasladó la fundación a una nueva iglesia en las afueras de la ciudad, dedicada a la sagrada Familia, donde se conserva hasta el presente. El templo con fotos de cada altar (también el de la Virgen) se puede visitar aquí. El año pasado recogimos en esta entrada las oraciones del día.
Los carmelitas descalzos celebrábamos una fiesta en su honor como conclusión de la "octava" de la Virgen del Carmen. Hoy su fiesta es el 23 de julio fuera de Europa y el 19 de julio en Europa, debido a que el 23 se celebra a santa Brígida de Suecia.
BENDICIÓN FINAL DE LA SOLEMNIDAD DE LA VIRGEN DEL CARMEN
V. Dios,
Padre de bondad, llene de gozo sus vidas al celebrar solemnemente la fiesta de
la Santísima Virgen María del Monte Carmelo.
R. Amén.
V. Que El
conceda a quienes llevan el Santo Escapulario del Carmen la gracia de meditar y
proclamar la Palabra a imitación de la Virgen María.
R. Amén.
V. Que El
les haga sentir la protección materna de la Virgen María, en la hora de la
muerte para que, purificados del pecado, gocen eternamente de su compañía.
R. Amén.
V. Y la
bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre
vosotros y les acompañe siempre. R. Amén.
Novena a la Virgen del Carmen con textos de los Santos Carmelitas. DÍA NOVENO
MARÍA EN
PENTECOSTÉS
Día 9º Pedimos por el Carmelo, por los que hemos
asistido a esta preparación, por nuestros familiares y amigos.
Invocación inicial
“Santa Madre de Dios, gloria del Monte Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has escogido, y defiéndela de todo peligro”.
Himno
Salve, estrella de los mares,
de los mares iris de eterna ventura
salve fénix de hermosura
madre del Divino Amor.
salve fénix de hermosura
madre del Divino Amor.
De tu pueblo a los pesares
tu clemencia dé consuelo
fervoroso, llegue al cielo,
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.
tu clemencia dé consuelo
fervoroso, llegue al cielo,
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Salve, estrella de los mares
Salve estrella de los mares
Sí, fervoroso llegue al cielo
y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.
Salve estrella de los mares
Sí, fervoroso llegue al cielo
y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Estrella de los mares
Estrella de los mares,
salve, salve, salve, salve
Estrella de los mares,
salve, salve, salve, salve
(Salve Marinera)
En escucha de la Palabra
“Entonces se
volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está próximo a
Jerusalén la distancia de un camino sabático. Y cuando llegaron, subieron a la
estancia superior, donde vivían, Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y
Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de
Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía
de algunas mujeres y de María la madre de Jesús y de sus hermanos” (Hch 1,
12-14).
Meditación de un texto de del siervo de Dios Bartolomé Xiberta
“El
hombre entra en esta devoción prendido del exceso de amor que le manifiesta
María... Ella derrocha amor... amor de Madre. Y las almas, vencidas, cambian el
amor con amor. Así obra el bien y huye el mal... Subyugados por el amor que nos
mostró María... no buscamos otra cosa sino corresponder, con una vida santa, a
tanto amor. Amando, fuerza a ser amada”.
“La fiesta del 16 de julio no es una
simple fiesta, es mucho más. Es el día del año más delicioso, el que más se
parece al día sin noche del Cielo: Ponernos en intimidad con María bajo su
blanca capa e ir contemplando la belleza infinita de Dios, de la cual es un
reflejo la de Ntra. Santísima Madre. […] Hazme oír tu voz. La voz dulce de
María. Ella no callará si nosotros estamos atentos para escucharla. […] Aquel
día pidan a Nuestra Santísima Madre por la Orden; creo que es también el día en
que Ella hace sus planes de protección para todo el año. […] Todo lo que
pudiera decir ya lo tienen en el Oficio litúrgico de la fiesta, tan sumamente
hermoso; oficio que la Iglesia nos ha preparado para que sepamos los
sentimientos que Nuestra Santísima Madre alimenta hacia nosotros, los que
vivimos en el Carmelo, así como los sentimientos que nosotros debemos alimentar
hacia María (Siervo de Dios Bartolomé Xiberta O. Carm, Fragmentos doctrinales,
352-357).
Responsorio
R.
Desbordo de gozo con el Señor, * Y me alegro con mi Dios. Desbordo de gozo con
el Señor
V.
Porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo *
Y me alegro con mi Dios. Gloria al Padre. Desbordo de gozo con el Señor
Preces
Invoquemos
a Dios nuestro Padre en esta solemnidad de la Virgen María del Monte Carmelo,
para que por su intercesión, derrame sus gracias sobre toda la humanidad.
Por
la santa Iglesia de Dios que en María contempla su Madre y su modelo, para que
aprenda a escuchar la Palabra y a proclamarla a toda la humanidad, roguemos al
Señor.
Por
todos aquellos que invocan a María como Madre y Protectora, para que encuentren
en ella refugio en las adversidades y estímulo en la vida cristiana, roguemos
al Señor.
Por
las personas que llevan el santo Escapulario del Carmen, signo de consagración
y de esperanza, para que aprendan a imitar las virtudes de la Virgen y reflejen
en sus obras una vida evangélica, roguemos al Señor.
(Añadamos, en silencio, nuestras intenciones personales y por la Orden)
Ave María
Oración
Señor
Dios nuestro, que has honrado a la Orden del Carmen con la advocación especial
de la bienaventurada y siempre Virgen María, Madre de tu Hijo; concede a
cuantos hoy celebramos su solemnidad, que, guiados por su ejemplo y protección,
lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y
reina.
Novena a la Virgen del Carmen con textos de los Santos Carmelitas. DÍA OCTAVO
MARÍA, AL PIE DE LA CRUZ
Día 8º Pedimos por los inmigrantes
Invocación inicial
“Santa Madre de Dios, gloria del Monte Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has escogido, y defiéndela de todo peligro”.
Himno
La
Madre piadosa estaba
junto
a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía.
Cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
¡Oh, cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
En Latín
Stabat mater dolorósa
iuxta crucem lacrimósa,
dum pendebat filius.
Cuius ánimam geméntem
contristátam et doléntem
pertransívit gládius
O quam tristis et afflícta
fuit illa benedícta
Mater Unigéniti!
Quae maerébat et dolébat
pia mater, cum vidébat
Nati poenas íncliti.
mientras el Hijo pendía.
Cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
¡Oh, cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
En Latín
Stabat mater dolorósa
iuxta crucem lacrimósa,
dum pendebat filius.
Cuius ánimam geméntem
contristátam et doléntem
pertransívit gládius
O quam tristis et afflícta
fuit illa benedícta
Mater Unigéniti!
Quae maerébat et dolébat
pia mater, cum vidébat
Nati poenas íncliti.
En escucha de la Palabra
“Junto a la cruz de Jesús estaban su
Madre, la hermana de su Madre, María de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús,
al ver a su Madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su Madre:
Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Ahí tienes a tu Madre. Y
desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”
(Jn 19, 25-27).
(Jn 19, 25-27).
“Hoy he
estado contigo bajo la Cruz, y he comprendido con una claridad nunca
experimentada que bajo la Cruz tú te has convertido en nuestra Madre. ¡Con
cuánta fidelidad una madre terrenal se preocupa de cumplir el último deseo de
su hijo! Pero tú eras la sierva del Señor: el ser y el vivir del Dios Encarnado
fueron inscritos sin reservas en tu ser y en tu querer. Así, tú has escondido
en tu corazón a los que ya eran tuyos y para dar a cada alma nueva vida has
dado como precio la agonía amarga de tu corazón sangrante. Tú nos conoces a
todos: sabes nuestras lesiones, nuestras heridas. Y también conoces el
resplandor celeste que el amor de tu Hijo quiere infundir en nosotros en la
gloria eterna, y con materna solicitud guías nuestros pasos. Para conducirnos a
la meta, no hay precio demasiado alto para tí. Pero los que has elegido para
corona tuya para que te circunden un día delante del trono eterno, deben estar
aquí contigo bajo la Cruz: y la agonía amarga de su corazón sangrante será el
precio para adquirir el resplandor eterno en las almas amadas, confiadas en
herencia por el Hijo de Dios” (S. Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), en
Teresa RENATA del E. S., Edith Stein, Brescia 1952, 135).
Responsorio
R. Bajo tu protección nos acogemos, * Santa Madre de Dios. Bajo tu protección nos acogemos.
V. No deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades.
* Santa Madre de Dios. Gloria al Padre. Bajo tu protección nos acogemos.
Preces
Al celebrar la novena de la fiesta de la Virgen María, nuestra Señora, invoquemos a Cristo, diciéndole confiadamente: Por la intercesión de la Madre del Carmelo, escúchanos Señor.
Jesús, que desde la cruz confiaste a tu Madre al discípulos Juan para que la recibiera en su casa, otórganos una vida de intimidad con María, para llegar, con su ayuda, a la inefable experiencia de tu amor.
Cristo, Esposo de la Iglesia, que derramaste tu Espíritu Santo sobre los Apóstoles que perseveraban unidos en la oración con María, tu Madre, concede al Carmelo permanecer unido en la oración, para que se renueve continuamente con la fuerza del Espíritu.
Cristo, Maestro bueno, que nos has dado en María el modelo de todas las virtudes, haz que reproduzcamos la verdadera imagen de nuestra Madre, imitando su caridad.
(Añadamos, en silencio, nuestras intenciones personales y por la Orden)
Ave María
Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
Novena a la Virgen del Carmen con textos de los Santos Carmelitas. DÍA SÉPTIMO
SANTA MARÍA, DISCÍPULA DEL SEÑOR
Día 7º Pedimos por la paz de España
Invocación inicial
“Santa Madre de Dios, gloria del Monte Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has escogido, y defiéndela de todo peligro”.
Himno
Ave, Estrella matutina
de pecados medicina,
Reina del mundo divina.
El doliente cántico
De esta tu milicia
Escucha propicia.
Esposa de Dios electa,
Tú será la via recta
De nuestra victoria
De la paz, de la
gloria.
A tus hijos, Madre
pía,
sálvanos, dulce María.
(Ave Stella
matutina)
En escucha de la Palabra
“Y vinieron a ver a
Jesús, su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar has él.
Entonces le avisaron: Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte.
Él les contestó: Mi madre y mis hermanos son éstos: los que
escuchan la Palabra de Dios y la ponen en por obra” (Lc 8, 19-21).
Meditación de un texto de santa Teresa de Jesús de los Andes
“Desde chica amé mucho a la Sma. Virgen, a
quien confiaba todos mis asuntos. Con sólo Ella me desahogaba y jamás dejaba
ninguna pena ni alegría sin confiársela. Ella correspondió a ese cariño. Me
protegía, y escuchaba lo que le pedía siempre. Y ella me enseñó a amar a N.
Señor. Ella puso en mi alma el germen de la vocación. […] Ella me amó y, no
encontrando otro tesoro más grande que darme en prueba de su singular
protección, me dio el fruto bendito de sus entrañas, su Divino Hijo. ¿Qué más
me pudo dar?. […] Un día que me encontraba sola en mi cuarto, aburrida de estar
en cama, oí la voz del Sdo. Corazón que me pedía fuera toda de El. No crea
[que] esto fue ilusión, porque en ese instante me vi transformada. La que
buscaba el amor de las criaturas, no deseó sino el de Dios. […] No sé cómo
puedo agradecerle como debo a N. Señor este favor tan grande, pues siendo El
todopoderoso, omnipotente., que no necesita de nadie, se preocupa de amarme y
de elegirme para hacerme su esposa. Fíjese a qué dignidad me eleva: a ser
esposa del Rey del cielo y tierra, del Señor de los señores. […] Papacito, no
me negará el permiso. La Sma. Virgen será mi abogada. Ella sabrá mejor que yo
hacerle comprender que la vida de oración y penitencia que deseo abrazar,
encierra para mi todo el ideal de felicidad en esta vida, y la que me asegurará
la de la eternidad. […] Pues a eso iré al Carmen: a asegurar mi salvación y la
de todos los míos. Su hija carmelita es la que velará siempre al pie de los
altares por los suyos, que se entregan a mil preocupaciones que se necesitan
para vivir en el mundo […]
El
fin de la carmelita me entusiasma: rogar por los pecadores, pasar la vida
entera sacrificándose, sin ver jamás los frutos de la oración y el sacrificio.
Unirse a Dios para que así circule en ella la sangre redentora, y comunicarla a
la Iglesia, a sus miembros, para que así se santifiquen. Además, su lema me
entusiasma: "sufrir y amar". ¿No fue esto lo que hizo constantemente
la Sma. Virgen? ¿No vivió Ella siempre en una continua oración, en el silencio,
en el olvido de lo de la tierra? ¿Cómo salva las almas? Por medio de la
súplica, de la oración, del sacrificio […] Lo que ante todo procuraremos es
vivir en esa oración continua en que la Virgen vivía. […] Sí Pídele a la Sma.
Virgen que sea tu guía; que sea la estrella, el faro que luzca en medio de las
tinieblas de tu vida. Que te muestre el puerto donde has de desembarcar para
llegar a la celestial Jerusalén. […] Si; en el Carmen se principia lo que
haremos por una eternidad: amar y cantar las alabanzas del Señor. Y si esta es
la ocupación que tendremos en el cielo, ¿no será acaso la más perfecta?” (Santa
Teresa de los Andes, Cta. 73, 81, 40, 130).
Responsorio
R. Bajo tu protección nos acogemos, * Santa Madre de Dios. Bajo tu protección nos acogemos.
V. No deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades.
* Santa Madre de Dios. Gloria al Padre. Bajo tu protección nos acogemos.
Preces
Al celebrar la novena de la fiesta de la Virgen María, nuestra Señora, invoquemos a Cristo, diciéndole confiadamente: Por la intercesión de la Madre del Carmelo, escúchanos Señor.
Por quienes que invocan a María, la Virgen del Carmen, en los peligros de la tierra y del mar, para que por ella lleguen a Cristo, Salvador de la humanidad, roguemos al Señor.
Por aquellas personas que duermen ya el sueño de la paz para que por intercesión de la Virgen María gocen de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.
Al celebrar la novena de la fiesta de la Virgen María, nuestra Señora, invoquemos a Cristo, diciéndole confiadamente: Por la intercesión de la Madre del Carmelo, escúchanos Señor.
Por quienes que invocan a María, la Virgen del Carmen, en los peligros de la tierra y del mar, para que por ella lleguen a Cristo, Salvador de la humanidad, roguemos al Señor.
Por aquellas personas que duermen ya el sueño de la paz para que por intercesión de la Virgen María gocen de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.
Por toda nuestra
asamblea, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido de la
Virgen María, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios, roguemos
al Señor.
(Añadamos, en silencio, nuestras intenciones personales y por la Orden)
Ave María
Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
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