Durante veinte años sirvió a la Orden como General, con admirable espíritu de humildad y servicio. Falleció en 1471. Se le recuerda por sus trabajos para reconducir la Orden a su primitiva observancia en una época histórica especialmente crítica. Escribió un célebre comentario sobre la Regla y publicó las Constituciones revisadas. Se le considera el fundador de las monjas carmelitas y del Carmelo Seglar, ya que organizó el reconocimiento jurídico de unas y otros, como miembros de derecho de la familia carmelitana. Fue beatificado en 1866.
Se le suele representar con un copón en la mano, porque con motivo de un incendio se arriesgó a entrar en la Iglesia para salvar el Santísimo sacramento de las llamas.
Es el general de la Orden que dio reconocimiento jurídico a las monjas y a los seglares carmelitas en la Orden del Carmelo.
Aunque se hablaba de primera Orden (los frailes, porque fueron los primeros), segunda Orden (las monjas, que vinieron después) y tercera Orden (los seglares, que entraron en el Carmelo los últimos), se trata de tres ramas de la misma familia, de tres maneras de vivir el único carisma carmelitano.
Hoy hay que contar también a los institutos misioneros afiliados a la Orden, que son tan carmelitas como los demás, pero cada uno vive su pertenencia a la familia de una manera peculiar.
Así que el Carmelo está compuesto por frailes, monjas contemplativas, religiosos y religiosas de vida activa, institutos seculares y grupos laicales unidos a la única familia por distintos vínculos. Entre todos formamos la gran familia del Carmelo, extendida por los cuatro continentes.
Es el general de la Orden que dio reconocimiento jurídico a las monjas y a los seglares carmelitas en la Orden del Carmelo.
Aunque se hablaba de primera Orden (los frailes, porque fueron los primeros), segunda Orden (las monjas, que vinieron después) y tercera Orden (los seglares, que entraron en el Carmelo los últimos), se trata de tres ramas de la misma familia, de tres maneras de vivir el único carisma carmelitano.
Hoy hay que contar también a los institutos misioneros afiliados a la Orden, que son tan carmelitas como los demás, pero cada uno vive su pertenencia a la familia de una manera peculiar.
Así que el Carmelo está compuesto por frailes, monjas contemplativas, religiosos y religiosas de vida activa, institutos seculares y grupos laicales unidos a la única familia por distintos vínculos. Entre todos formamos la gran familia del Carmelo, extendida por los cuatro continentes.
FUENTE: Beato Juan Soreth
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