MARÍA EN
PENTECOSTÉS
Día 9º Pedimos por el Carmelo, por los que hemos
asistido a esta preparación, por nuestros familiares y amigos.
Invocación inicial
“Santa Madre de Dios, gloria del Monte Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has escogido, y defiéndela de todo peligro”.
Himno
Salve, estrella de los mares,
de los mares iris de eterna ventura
salve fénix de hermosura
madre del Divino Amor.
salve fénix de hermosura
madre del Divino Amor.
De tu pueblo a los pesares
tu clemencia dé consuelo
fervoroso, llegue al cielo,
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.
tu clemencia dé consuelo
fervoroso, llegue al cielo,
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Salve, estrella de los mares
Salve estrella de los mares
Sí, fervoroso llegue al cielo
y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.
Salve estrella de los mares
Sí, fervoroso llegue al cielo
y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.
Salve, Estrella de los mares
Estrella de los mares,
salve, salve, salve, salve
Estrella de los mares,
salve, salve, salve, salve
(Salve Marinera)
En escucha de la Palabra
“Entonces se
volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está próximo a
Jerusalén la distancia de un camino sabático. Y cuando llegaron, subieron a la
estancia superior, donde vivían, Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y
Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de
Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía
de algunas mujeres y de María la madre de Jesús y de sus hermanos” (Hch 1,
12-14).
Meditación de un texto de del siervo de Dios Bartolomé Xiberta
“El
hombre entra en esta devoción prendido del exceso de amor que le manifiesta
María... Ella derrocha amor... amor de Madre. Y las almas, vencidas, cambian el
amor con amor. Así obra el bien y huye el mal... Subyugados por el amor que nos
mostró María... no buscamos otra cosa sino corresponder, con una vida santa, a
tanto amor. Amando, fuerza a ser amada”.
“La fiesta del 16 de julio no es una
simple fiesta, es mucho más. Es el día del año más delicioso, el que más se
parece al día sin noche del Cielo: Ponernos en intimidad con María bajo su
blanca capa e ir contemplando la belleza infinita de Dios, de la cual es un
reflejo la de Ntra. Santísima Madre. […] Hazme oír tu voz. La voz dulce de
María. Ella no callará si nosotros estamos atentos para escucharla. […] Aquel
día pidan a Nuestra Santísima Madre por la Orden; creo que es también el día en
que Ella hace sus planes de protección para todo el año. […] Todo lo que
pudiera decir ya lo tienen en el Oficio litúrgico de la fiesta, tan sumamente
hermoso; oficio que la Iglesia nos ha preparado para que sepamos los
sentimientos que Nuestra Santísima Madre alimenta hacia nosotros, los que
vivimos en el Carmelo, así como los sentimientos que nosotros debemos alimentar
hacia María (Siervo de Dios Bartolomé Xiberta O. Carm, Fragmentos doctrinales,
352-357).
Responsorio
R.
Desbordo de gozo con el Señor, * Y me alegro con mi Dios. Desbordo de gozo con
el Señor
V.
Porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo *
Y me alegro con mi Dios. Gloria al Padre. Desbordo de gozo con el Señor
Preces
Invoquemos
a Dios nuestro Padre en esta solemnidad de la Virgen María del Monte Carmelo,
para que por su intercesión, derrame sus gracias sobre toda la humanidad.
Por
la santa Iglesia de Dios que en María contempla su Madre y su modelo, para que
aprenda a escuchar la Palabra y a proclamarla a toda la humanidad, roguemos al
Señor.
Por
todos aquellos que invocan a María como Madre y Protectora, para que encuentren
en ella refugio en las adversidades y estímulo en la vida cristiana, roguemos
al Señor.
Por
las personas que llevan el santo Escapulario del Carmen, signo de consagración
y de esperanza, para que aprendan a imitar las virtudes de la Virgen y reflejen
en sus obras una vida evangélica, roguemos al Señor.
(Añadamos, en silencio, nuestras intenciones personales y por la Orden)
Ave María
Oración
Señor
Dios nuestro, que has honrado a la Orden del Carmen con la advocación especial
de la bienaventurada y siempre Virgen María, Madre de tu Hijo; concede a
cuantos hoy celebramos su solemnidad, que, guiados por su ejemplo y protección,
lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y
reina.
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