SANTA MARÍA, DISCÍPULA DEL SEÑOR
Día 7º Pedimos por la paz de España
Invocación inicial
“Santa Madre de Dios, gloria del Monte Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has escogido, y defiéndela de todo peligro”.
Himno
Ave, Estrella matutina
de pecados medicina,
Reina del mundo divina.
El doliente cántico
De esta tu milicia
Escucha propicia.
Esposa de Dios electa,
Tú será la via recta
De nuestra victoria
De la paz, de la
gloria.
A tus hijos, Madre
pía,
sálvanos, dulce María.
(Ave Stella
matutina)
En escucha de la Palabra
“Y vinieron a ver a
Jesús, su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar has él.
Entonces le avisaron: Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte.
Él les contestó: Mi madre y mis hermanos son éstos: los que
escuchan la Palabra de Dios y la ponen en por obra” (Lc 8, 19-21).
Meditación de un texto de santa Teresa de Jesús de los Andes
“Desde chica amé mucho a la Sma. Virgen, a
quien confiaba todos mis asuntos. Con sólo Ella me desahogaba y jamás dejaba
ninguna pena ni alegría sin confiársela. Ella correspondió a ese cariño. Me
protegía, y escuchaba lo que le pedía siempre. Y ella me enseñó a amar a N.
Señor. Ella puso en mi alma el germen de la vocación. […] Ella me amó y, no
encontrando otro tesoro más grande que darme en prueba de su singular
protección, me dio el fruto bendito de sus entrañas, su Divino Hijo. ¿Qué más
me pudo dar?. […] Un día que me encontraba sola en mi cuarto, aburrida de estar
en cama, oí la voz del Sdo. Corazón que me pedía fuera toda de El. No crea
[que] esto fue ilusión, porque en ese instante me vi transformada. La que
buscaba el amor de las criaturas, no deseó sino el de Dios. […] No sé cómo
puedo agradecerle como debo a N. Señor este favor tan grande, pues siendo El
todopoderoso, omnipotente., que no necesita de nadie, se preocupa de amarme y
de elegirme para hacerme su esposa. Fíjese a qué dignidad me eleva: a ser
esposa del Rey del cielo y tierra, del Señor de los señores. […] Papacito, no
me negará el permiso. La Sma. Virgen será mi abogada. Ella sabrá mejor que yo
hacerle comprender que la vida de oración y penitencia que deseo abrazar,
encierra para mi todo el ideal de felicidad en esta vida, y la que me asegurará
la de la eternidad. […] Pues a eso iré al Carmen: a asegurar mi salvación y la
de todos los míos. Su hija carmelita es la que velará siempre al pie de los
altares por los suyos, que se entregan a mil preocupaciones que se necesitan
para vivir en el mundo […]
El
fin de la carmelita me entusiasma: rogar por los pecadores, pasar la vida
entera sacrificándose, sin ver jamás los frutos de la oración y el sacrificio.
Unirse a Dios para que así circule en ella la sangre redentora, y comunicarla a
la Iglesia, a sus miembros, para que así se santifiquen. Además, su lema me
entusiasma: "sufrir y amar". ¿No fue esto lo que hizo constantemente
la Sma. Virgen? ¿No vivió Ella siempre en una continua oración, en el silencio,
en el olvido de lo de la tierra? ¿Cómo salva las almas? Por medio de la
súplica, de la oración, del sacrificio […] Lo que ante todo procuraremos es
vivir en esa oración continua en que la Virgen vivía. […] Sí Pídele a la Sma.
Virgen que sea tu guía; que sea la estrella, el faro que luzca en medio de las
tinieblas de tu vida. Que te muestre el puerto donde has de desembarcar para
llegar a la celestial Jerusalén. […] Si; en el Carmen se principia lo que
haremos por una eternidad: amar y cantar las alabanzas del Señor. Y si esta es
la ocupación que tendremos en el cielo, ¿no será acaso la más perfecta?” (Santa
Teresa de los Andes, Cta. 73, 81, 40, 130).
Responsorio
R. Bajo tu protección nos acogemos, * Santa Madre de Dios. Bajo tu protección nos acogemos.
V. No deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades.
* Santa Madre de Dios. Gloria al Padre. Bajo tu protección nos acogemos.
Preces
Al celebrar la novena de la fiesta de la Virgen María, nuestra Señora, invoquemos a Cristo, diciéndole confiadamente: Por la intercesión de la Madre del Carmelo, escúchanos Señor.
Por quienes que invocan a María, la Virgen del Carmen, en los peligros de la tierra y del mar, para que por ella lleguen a Cristo, Salvador de la humanidad, roguemos al Señor.
Por aquellas personas que duermen ya el sueño de la paz para que por intercesión de la Virgen María gocen de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.
Al celebrar la novena de la fiesta de la Virgen María, nuestra Señora, invoquemos a Cristo, diciéndole confiadamente: Por la intercesión de la Madre del Carmelo, escúchanos Señor.
Por quienes que invocan a María, la Virgen del Carmen, en los peligros de la tierra y del mar, para que por ella lleguen a Cristo, Salvador de la humanidad, roguemos al Señor.
Por aquellas personas que duermen ya el sueño de la paz para que por intercesión de la Virgen María gocen de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.
Por toda nuestra
asamblea, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido de la
Virgen María, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios, roguemos
al Señor.
(Añadamos, en silencio, nuestras intenciones personales y por la Orden)
Ave María
Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen María y Reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
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